Se refiere esta frase a quien por ser muy cauto y cuidadoso avanza lentamente, paso a paso; puede ser similar a “avanzar sobre seguro” y en el caso del artículo de opinión de nuestro querido y Excelentísimo Señor Alcalde Don Luis Rogelio, y siempre según mi opinión, se pretende decir la misma cosa: “inmovilismo práctico”.
En lo que se refiere a la remodelación del Mercado Central, la recuperación del Cervantes, la reactivación del Centro Histórico, la difusión de Almería como destino turístico, la conclusión del cuartel de la Policía Local y las obras de Retamar, qué les voy a contar que ustedes no sepan: el Mercado no se ha remodelado porque no se ha trasladado a la “Plaza del Hiper-Olé”, porque no se han puesto de acuerdo con los comerciantes, porque no saben qué hacer con el parking subterráneo que va en dicha plaza, porque no saben cómo acondicionarla para recibir los puestos del Mercado Central... un despropósito y una descoordinación detrás de otra, que llevan a dilación tras dilación, consecuentemente en la próxima campaña al Ayuntamiento será otra “iniciativa estrella” (IE). En cuanto a lo demás, he de ir al oftalmólogo con urgencia pues lo que es verlo, no lo he visto, lo que sí me ha parecido ver es que el Ayuntamiento sigue pareciendo un decorado de los de Tabernas y la ambición municipal por huir del “Centro Histórico revitalizado”, con Urbanismo a la cabeza para dar ejemplo.
En lo de la “Ciudad de las Artes y el Palacio Bandera de Norman Foster”, después de la experiencia del “Anillo Museístico” y de no hacer caso al mismísimo señor Foster sobre la ubicación del mismo, creo que va a ser, consecuentemente, una “iniciativa estrella eterna” (IEE).
Tengo que reconocer que sí se han hecho otras cosas, por ejemplo subir las tasas e impuestos municipales, a pesar de que en ambas campañas dijeron que no lo iban a hacer y sorprendernos tras la toma de posesión municipal.
Así que seguro que el avance es como el de los cangrejos, aunque en lugar de con pies de plomo, más parece que vamos de culo y cuesta abajo.
A pesar de todo soy optimista sobre el futuro de Almería, pues ya sabemos que hay cosas que no duran cien años, ni personas que los aguanten –a los cien años me refiero-.
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