Cordura
frente al coronavirus
No
nos cerremos a la mirada de empresarios cortos de vista, se hizo una
desescalada rapeleando para salvar la economía y las consecuencias
son que esos mismos empresarios se quejan de que necesitan ayudas y
que no se cierre porque es su ruina.
Ruina
para todos los españoles es esta situación de "ni chicha ni
liminá", ni se soluciona la situación de pequeños y medianos
empresarios que siguen necesitando ayudas y exención de pagos de
todo tipo para seguir arrastrándose, ni sirve para que los grandes
empresarios con miles de millones de euros ganados durante muchos
años, cada año, aprovechen para pedir sin rubor cantidades
millonarias de ayudas, ni se soluciona la situación sanitaria.
¿No
nos acordamos ya de la de veces que desde todo tipo de asociaciones
empresariales han estallado en indignación cuando se ha propuesto
alguna medida de control sobre la actividad económica y empresarial,
porque el Estado no debe inmiscuirse en la actividad económica
privada? Indignados exclamaban ¿Es que quieren convertirnos en
Venezuela o Cuba? ¿Nadie se acuerda ya de eso? ¿Nadie se acuerda de
las múltiples peticiones sobre la necesidad de empeorar las
condiciones laborales de los trabajadores, para la viabilidad de la
actividad económica empresarial? ¿Y ahora quieren que nos juguemos
la vida para que ellos sigan teniendo actividad económica, mientras
piden que con nuestros impuestos les demos ayudas directas e
indirectas, a pesar de la paupérrima situación económica de la
mayoría de trabajadores?
Que
nadie entienda que estoy haciendo un discurso revanchista, estoy
poniendo la coyuntura en perspectiva para defender mi opinión de que
dados los datos escalofriantes sobre la pandemia, dados los datos
paupérrimos que declaran desde todas las organizaciones
empresariales, lo más conveniente sería un nuevo confinamiento
durante un mes al menos, para que la situación sanitaria mejore
ostensiblemente y cuando esto suceda, abrir la actividad empresarial
con las garantías suficientes para que los viajeros vuelvan a
confiar en España como destino turístico, muchos de los cuales no
han podido disfrutar de sus vacaciones y aún se podría mejorar los
resultados de esta actividad en épocas no típicas. Por otro lado,
no creo que la persona que tenga necesidad de comprar un vehículo,
una vivienda, electrodomésticos, muebles u otro tipo de bienes de
este tipo, dejen de tener esa necesidad unos meses después, su
coche, sus muebles, sus electrodomésticos, no se van a volver nuevos
o arreglarse solos, por lo tanto pienso que los malos datos de estas
industrias, no necesitan de ayudas, pues lo que no han vendido
durante la pandemia, lo van a vender durante los meses posteriores.
Todas
esas ayudas suman una cantidad tremenda de dinero y me parece de
recibo que quienes más ingresos hayan tenido, quienes más
patrimonio y riquezas tienen, arrimen el hombro con la misma
convicción con la que están solicitando ayuda.
No
hay quien en su sano juicio piense que no urge solucionar la
situación sanitaria, por muy cerril que se sea, nadie puede pensar
que la gente con los estertores de la muerte, vaya a dedicarse a ir
de tiendas, para que la gente vaya de tiendas tiene que estar sana.
Hombre es evidente que el que está enfermo necesita ir al médico y
la farmacia y no son estos colectivos empresariales los que se
quejan, son los sanitarios de la salud pública los que se quejan de
exceso de trabajo y falta de personal, algo que pagamos también los
trabajadores.
Pido
por tanto a los señores a los que hemos encargado la tarea de
gestionar nuestros impuestos y todos los servicios e infraestructuras
de los que nos hemos ido dotando a lo largo del tiempo, que sean
eficaces en la solución de esta pandemia, que volvamos a un
confinamiento restrictivo, que se dote de suficiente personal y
medios a la sanidad pública, para que cuando volvamos a salir,
estemos en el buen camino de la recuperación, sanitaria y económica.
Luis
J. Pasamar