Cada día es más obvio
que necesitamos un nuevo pacto entre los ciudadanos y quienes
detentan los poderes públicos, pueden argumentar y es cierto que
están ahí por que han sacado más votos que nadie en unos casos, o
que han obtenido más apoyos para gobernar en otros, pero también es
bien cierto que poco a poco nos están convirtiendo en súbditos, a
costa de perder la condición de ciudadanos libres lograda tras
siglos de lucha.
No legitima a quien
detenta el poder, ya sea incluso por mayoría absoluta, a romper el
pacto adquirido con los ciudadanos para lograr esos votos, muy al
contrario deberían ser los ciudadanos libres quienes renovaran su
pacto con la Justicia y reclamaran de ésta la ilegitimización de
esos actos que rompen el pacto con el que concurrieron a las
elecciones, legitimando el poder mediante un nuevo pacto entre los
ciudadanos, ahora sí libres, y quienes aspiran al poder si es que la
Justicia, formada por ciudadanos libres y con responsabilidad
respecto de la sociedad en la que viven, no actúa de oficio en el
sentido de restablecer la justicia del pacto político ofrecido.
Puede parecer un poco
enrevesado pero es muy sencillo, o quienes aceptan las
responsabilidades de gobierno tras ganar unas elecciones en las que
han concurrido con un programa -pacto ofrecido a los ciudadanos de
forma meditada y libre-, o cumplen el pacto -programa-, o se someten
a la acción de la Justicia que les quitaría el gobierno ganado en
las urnas mediante pacto fraudulento -responsabilidad política- y
los sometería a la acción de la Justicia -responsabilidad legal-.
El pacto con el que
concurro a estas primarias y con el que me comprometo con todos los
almerienses y con Andalucía, es por un lado fiscalizar las acciones
del Gobierno de Andalucía en Almería y exigir al Parlamento de
Andalucía que fiscalice la acciones del Gobierno Central en Almería
y en Andalucía y por otro lado, luchar para lograr que Almería sea
una ciudad saludable.
Una Almería saludable
significa no solo estar dotada de unas infraestructuras y medios
técnicos y personales adecuados para restablecer la salud de los
ciudadanos de forma óptima, una vez deteriorada, sino trabajar para
conseguir que los ciudadanos vivan en las mejores condiciones para
que no se deteriore su salud.
La pobreza, el paro, la
falta de seguridad, son situaciones estresantes que contribuyen en
gran manera a que los ciudadanos vean su salud deteriorada; la falta
de infraestructuras y medios para que los ciudadanos puedan
socializar y ejercitarse, especialmente los de menor capacidad
económica, contribuye al deterioro de la salud pública; los
problemas de tráfico y movilidad, la desatención a las personas
dependientes, el racismo, la xenofobia, los prejuicios, son
situaciones estresantes y de enfrentamiento entre personas, que en
nada contribuyen a la salud pública.
Se trata pues más que de
pedir grandes cantidades de dinero, administrarse en estos tiempos de
crisis para que no solo no se “pierda” un céntimo, sino saber en
que se va a gastar el dinero de cara a una estrategia que beneficie a
los almerienses, especialmente a los más desfavorecidos.
Se trata de fortalecer el
interés público frente al privado, no favoreciendo los intereses de
ricos que ya poseen el dinero suficiente como para hacer negocios por
sí mismos, no invertir dinero público en mantener un voto cautivo y
en lograr unos súbditos agradecidos, sino invertir en lo público
para crear trabajo y que los beneficios obtenidos sirvan para ir
haciendo una sociedad más saludable.
Es tan sencillo como que
más ciudadanos que trabajan y producen, incrementan los presupuestos
públicos mediante impuestos y beneficios, los contratos de esos
ciudadanos serían más justos que en empresas que trabajan con otros
intereses y de los beneficios no sólo se obtendrían los impuestos,
sino la totalidad.
Más dinero en
circulación para que las pequeñas y medianas empresas tengan más
oportunidad de negocio y paguen más tasas e impuestos, más dinero
para inversiones públicas para que más ciudadanos tengan trabajo en
condiciones, más dinero en circulación y vuelta a empezar. Que los
cargos políticos o públicos solo cobren un sueldo por más cargos
políticos y públicos que tengan, que cada céntimo del dinero
público esté controlado desde que el ciudadano lo ingresa mediante
tasas o impuestos, hasta que desaparece de las arcas públicas, puede
contribuir en gran medida a logar más dinero y mayor confianza de
los ciudadanos informados en todo momento, de todos los gastos y
actos de gobierno.
Este es el compromiso que
adquiero meditada y libremente, esta es mi lucha y mi ilusión para
una Andalucía mejor y más independiente de los intereses
coyunturales del Gobierno Central en función de los intereses
coyunturales de otras Comunidades, o de intereses de partido.
Luis J. Pasamar
Candidato a las
Primarias para el Parlamento de Andalucía en Almería