El equipo que detenta el actual mandato municipal en Almería ha sufrido –es un decir- una nueva condena judicial, en esta ocasión por la subida desproporcionada del canon de basura, nada más y nada menos que en un 49%. La legislación, como bien debiera conocer nuestro Excelentísimo y letrado alcalde, dictamina un 20% como tope, debiendo realizarse una nueva concesión caso de ser superior.
Nuestro querido Don Luis Rogelio, que ya se ha visto en más de una gracias a sus socios, declara ahora que la tardanza de dicha sentencia hace inviable su aplicación, mudando las apariencias del hecho en sí, como por arte de magia. He aquí la tropelía según define el Diccionario de la Real Academia Española (tropelía: arte mágica que muda las apariencias de las cosas).
Pero aludir a la inviabilidad por la tardanza de una sentencia, es como dejar libre a un asesino puesto que el hecho en sí, el asesinato, ya no se puede evitar. Yo no soy abogado ni entiendo gran cosa de leyes, pero creo que la justicia debe seguir una cierta lógica y ha de ser consecuente, por ello no puede dictaminar sentencias con la presteza que Don Luis Rogelio piensa, primero ha de producirse el hecho que se denuncia y posteriormente para ser ecuánime y dictaminar con justicia deben tenerse en cuenta las pruebas que se presentan por parte del denunciante y del denunciado. Todo esto lleva su tiempo y no es de lógica aludir al hecho consumado como modo de evitar el cumplimiento del dictamen judicial, más que nada por pura coherencia.
De todos modos, si él ve conveniente pagar más que lo haga, pero a mí que me devuelvan mi dinero.
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